Me gusta hablarte cuando duermes

porque pareces entenderme

y en tu cara no hay fastidio

ni en tus ojos hay reproches

 

Mi hombro es tu almohada

tu pierna reposa en mi vientre

es como un abrazo de tu alma

como si dijeras que estarás para siempre

 

Caída esta la barrera de tu orgullo

descansa la falsa pose de tu ego

mientras yo con mi voz te arrullo

apaciguo tu espíritu andariego

 

Puedo hablar toda la noche

tu respiración tranquila me responde

sin palabras sé que me entiendes

por eso me gusta hablarte cuando duermes