Del Amor y la ciencia
Me agragrada vivir en una época donde todo ha sido descifrado por la ciencia con precisión y diáfana simpleza.
Me encanta saber que el amor es una reacción neurológica, un cóctel de hormonas corriendo por mi sangre y que tiene una caducidad de tan solo tres meses.
Agradezco saber esto, de verdad que es muy bueno , no andar por ahí confundido y lleno de mitos, pensando que el amor es algo diferente, algo eterno y propio de los soñadores, poetas y uno que otro excéntrico romántico.
Es por eso que tal vez el día de mañana cuando me ataque la soledad y el hastío pueda ir a la farmacia de la esquina y sin necesidad de receta, comprar un tarro de bálsamo de caricias para aplicarme por todo el cuerpo y entonces estar tranquilo.
¡Vaya cuantos beneficios traería esto! Seria tan sencillo evitar tantas guerras tontas, solo regalando pastillas cuyo contenido activo sea la sonrisas de los niños, habría inyecciones de abrazos de amigos para tantos solitarios, gotas de consuelo para los ojos llorosos de la madre que perdió al hijo y protector labial sabor a besos cariñosos para los bohemios románticos de labios resecos.
¡Bendiciones eternas a los científicos que al fin lograron descifrar el amor!
1 comentario
Leo Reyes -
Esa frase en particular, me gusto mucho, lastima que uno tambien se hace adicto a esos quimicos conocidos como "enamoramiento" lo que se siente cuando se besa a alguien por primera vez... hasta q pasa el encanto